Michael Milken

Asador en el centro de Logroño

me encanta, uno de mis favoritos

Situado en pleno centro de Logroño, en la calle Portales, prácticamente enfrente de la Catedral y al lado de la zona de vinos. Local de techos amplios y servicio atento.
Es un asador en el que puedes disfrutar la verdura de la tierra. Nosotros empezamos con alcachofas y cardo con jamón, este plato estaba para llorar de bueno, la verdura pasada por la plancha y en su punto. También compartimos un pulpo a la brasa y unas pochas, aquí un detallazo, nos lo emplataron individualmente (riquísimas). Los segundos, destacaría el cordero lechal, asado en su punto, jugoso y acompañado de ensalada, excepcional solomillo y rabo de toro y unas regulares chuletillas, eran un poco grandes y aunque las pasaron dos veces por la brasa no terminaron de convencernos. Postres, mus de yogur y tarta templada de queso. Nos quedamos con ganas de probar el cochinillo, que viendo como estaba el cordero, seguro que merecía la pena. Regamos la comida con un vino excepcional y que no se ve en casi ninguna carta, Puelles Crianza, un vino elaborado por una familia en Ábalos y que casi no se comercializa (excepcional relación calidad-precio). La carta de vinos es muy completa.
Salimos a unos 35€ por persona, sin escatimar en vino. Si vais a Logroño y quereis algo más que pinchos, os lo recomiendo.

Un asador

está OK

El Asador El Tahití tiene un nombre raro para lo que es, el típico asador español. Está situado en plena Calle Laurel, que es el epicentro de la zona de chiquiteo de Logroño. Sin embargo, este es un restaurante serio, no es el producto típico de la calle, que se está convirtiendo en un parque temático de las tapas, con profusión de despedidas de soltero.
La oferta es bastante tradicional, carnes a la brasa, mejorables y pescados. No es un sitio excepcional, pero los productos son de calidad y el precio no está fuera de mercado. De las opciones que puedes encontrar en un Logroño, yo sigo decantándome por el tapeo, en general los restaurantes tienden a decepcionar, sobre todo si vienes de Madrid. Pero no puedes encontrar en ningún sitio una colección de bares tan excepcional como la que tienes en la Calle Laurel, la San Juan y otras.

Chuletillas de siempre

Michael Milken lo descubrió en diciembre de 2013

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Antes tenían el local en la calle Laurel, ahora en la calle San Agustín tienen algo más de espacio, pero el espíritu es el de siempre. Comida riojana, sobre todo chuletillas asadas al sarmiento en un ambiente muy familiar y agradable y con buen vimno de cosechero. Una opción más informal del cercano En Ascuas...

etiquetas: chuletillas

Un lugar sorprendente

está OK

Juzgando por el aspecto externo de este bar, seguramente no habría entrado, pero merece la pena. Bien para tomar un pincho en su súper barra, bien para comer o cenar en sus mesas. Cocina riojana, de mercado, sin carta, un de esos sitios en los que te cantan los platos, pero no porque esté de moda, sino porque la carta cambia cada día dependiendo de lo que esté bien en la plaza… Pimientos verdes fritos, pelayitos, unas croquetas picantes que no recuerdo el nombre, anchoas escaldadas con ajito, bacalao, carrilleras… Todo está bueno. Hay que vencer la primera impresión de esta taberna de barrio.

etiquetas: pincho

Excepcionales chuletillas

me encanta, uno de mis favoritos

Sin salir de Logroño, en pleno caso antiguo, unas chuletillas excepcionales. En Ascuas está fenomenal situado en medio de la zona de vinos, entre la calle Laurel y la San Juan. Muy buen servicio, precios aceptables (en torno a 30€ por persona con vino) y buen producto.
Hay que tomar las chuletillas al sarmiento y los pimientos del cristal (impresionantes y mucho más baratos que los que te dan en La Manduca de Azagra en Madrid).

etiquetas: chuletillas, pimientos

Gran bar y buen restaurante

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Las Cubanas es un establecimiento histórico de Logroño, que empezó siendo una taberna en la que incluso se vendían billetes de autobús. Después de pasar por diversos formatos, hoy es un bar y una casa de comidas de diseño en el primer piso.
El bar es altamente recomendable, y creo que ningún visitante se puede ir de Logroño sin pasar por él. Hoy es parte de la ruta de los vinos de casco viejo de Logroño y ofrece pinchos muy interesantes. El que más fama le ha dado es el cochinillo caramelizado, que está impresionante. El tapeo sale muy bien de precio.
El restaurante, es otra cosa, el servicio es bueno, la decoración moderna, y se sale de los sitios habituales de Logroño. En nuestro caso particular, probamos las criadillas, las croquetas de gamba, las carrilleras, los pimientos rellenos, el rape con boletus y el bacalao a la plancha, y todo estaba estupendo… Con vino y postres salimos a algo menos de 40€ (tomando un Luberri Biga que estaba buenísimo), que está muy bien teniendo en cuenta el marco y el producto. Para decir algo negativo, viniendo de Madrid o de fuera en general, quizás apetece algo más típico y más enxebre… Como tomar unos vinos y unos pinchos y una chuletas en En Ascuas.

etiquetas: pinchos

Inmejorables pinchos

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En la calle San Juan, que es como una moderna Calle Laurel, está Tastavín, que emula a los bares vascos, con una barra repleta de pichos muy elaborados, pero muy interesantes. Además este bar ofrece una carta muy amplia de vinos. El único fallo que le veo es que siempre está lleno y es minúculo, tiene cuatro mesas al fondo del local, pero gran parte de la gente se reparte por la calle. Un buen representante de los bares logroñeses.

etiquetas: logroño

Se alquila para bodas, bautizos y comuniones

está OK

Siendo de Logroño y viviendo en Madrid, la crítica de Alberto (que me precede en la web) me parece en exceso condescendiente (parece que sólo se saben usar los cubiertos en la capital), pero desgraciadamente es en parte acertada.
Me recomendaron este sitio para llevar a unos amigos de Madrid que estaban pasando un finde en Logroño. La idea era huir un poco del bullicio de la calle Laurel y la San Juan y alejarnos de la chuletilla y la patata con chorizo.
Lo conseguimos, este restaurante está situado en pleno casco viejo, en un edificio restaurado e incluso tiene la gracia de subir al restaurante en ascensor (que está en un segundo piso).
El servicio y la decoración muy esmerados. La comida, muy interesante, destacaría el pescado, las anchoas rebozadas con pimientos, la merluza a la plancha con trigueros y el bacalao al ajo arriero, un poco limitados los postres, aunque la torrija era de premio. La carta de vinos extensa y a buen precio.
Nosotros coincidimos el día de nuestra cena con una “boda”, al menos gritaban vivan los novios de manera recurrente, pero nadie iba vestido de boda, en cambio llevaban claveles blancos ellas y sombreros cordobeses ellos. La situación era un tanto surrealista, Eran un grupo de unas 25 personas que cambiaron el ambiente del local. De tranquilo y agradable local de nivel a tasca de pueblo. Este tipo de decisiones, tener un restaurante de nivel o un salón de bodas y bautizos corresponden al dueño del sitio, pero sería mejor que al hacer la reserva lo avisaran, o que lo pusieran en la página web. Al fin y al cabo es un sitio en el que pagas unos 50 euros por cenar. En resumen, una inversión bárbara en el local, una cocina cuidada y con buen producto y un buen servicio, se ven ensombrecidos por un mal uso del derecho de admisión.

etiquetas: logroño, ruidoso

Una pastelería sin pasteles

me encanta, uno de mis favoritos

Como comentan aquí esta es una pastelería inusual, sólo trabajan por encargo y con honrosas excepciones (pastas, turrones y tartas) sólo hacen dos pasteles, canutillos y milhojas. Son impresionantes, una verdadera delicatesen, que también se paga, a 2,75€ por pastel.
Merecen la pena, pero lo dicho, encargarlas, de otra forma no los probareis.

etiquetas: canutillos, milhojas, pasteleria